Fito Páez rompió el molde del show que venía
realizando, y regaló anoche a una multitud una lista que rescató
varias gemas de su generoso archivo de canciones. Fue en Parque
Sarmiento, frente a 100 mil personas que no sólo corearon hasta la
afonía títulos como “Cable a tierra”, “La ciudad de los pibes
sin calma” y “Del ‘63”, sino que se encontraron con un
inesperado regalo: la presencia de Charly García y Andrés Calamaro
sobre el escenario... aunque, obviamente, no juntos. Todo podría
haber terminado como un formidable póker de ases: Luis Alberto
Spinetta estaba invitado a tocar en “Folis Verghet”, un tema del
disco a dúo La La La, pero finalmente no se hizo presente.
La oferta del festival gratuito Verano Buenos Aires, organizado por la
Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, hacía prever una
noche apacible y bien provista de gente. La apertura corrió por
cuenta de Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale, quienes no sólo se
apoyaron en su lectura de tangos clásicos como “El choclo”, “La
última curda” y “Cambalache”, sino que además revisitaron
material como “Dios y el diablo en el taller” (del Baglietto
solista) y “Eclipse de mar”, de Joaquín Sabina. Con una cálida
ovación en los oídos, el dúo ganador de un Grammy por el disco
Postales del alma le dejó el escenario a Fito. Y Fito arrancó
ganando.
“Del ‘63” abrió una noche de ida y vuelta en la que el público
–de un perfil de edad algo más alto que el de Sui Generis, el sábado
pasado, y con un generoso elemento familiar– se fue encontrando con
un repertorio menos centrado en Rey sol. La primera parte se ofreció
en un esquema relajado y de banda reducida, con Fito en plan “piano
bar”, enganchando clásicos y disfrutando de las reacciones. “11 y
6”, “El chico de la tapa” y “Tema de Piluso” –que contó
con un fervoroso festejo de un nutrido grupo de rosarinos embutido allá
adelante– sirvieron para ir encendiendo el ambiente. Sólo después
de “Al lado del camino”, la banda en pleno estalló con “El
diablo de tu corazón”: con el polémico clip en pantalla, el músico
dio por iniciado el show en su sentido más formal.
Lo que siguió después fue un balance entre el Fito circa Ey! (con
una festejada versión de “La ciudad de los pibes sin calma”,
enganchada con “La casa desaparecida”) y canciones más recientes
como “Paranoica fierita suite”. Pero los momentos más altos pasarían
por el encuentro de Páez con otros dos grandes solistas de la escena
argentina. Andrés Calamaro debía sumarse en “Un vestido y un
amor”, pero una confusión de escenario hizo que no subiera: al
cierre de esta edición se esperaba un cruce seguramente intenso con
quien alguna vez fue su mentor, Charly García, para ponerle el
elemento Say No More a un final a todo gas, primero con un tema
propio, “Cerca de la revolución” (que ya Fito le había dedicado
en Neuquén, el domingo pasado), y luego con una demoledora versión
de “Ciudad de pobres corazones” para liquidar el cuerpo de show.
En la trastienda, en tanto, se llevaban a cabo incansables
negociaciones para que Calamaro ingresara en un tema no programado
originalmente, pero también para evitar que se cruzara con su
“enemigo” García.
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